La llegada del final del año puede generar muchas emociones negativas, así como expectativas sociales sobre cómo debemos sentirnos.
En primer lugar, es importante tener en cuenta que las emociones no tienen fecha para aparecer, pueden aflorar en cualquier momento de la vida. Sin embargo, las fechas festivas pueden ser el espacio para hacer erupción, como si de un volcán se tratara. Lo que significa que ha habido una acumulación de lava previa, una acumulación de emociones que quizás no se han gestionado adecuadamente.
¿Por qué sucede en fechas festivas? Las celebraciones suelen implicar dar nuevos pasos, generar cambios y los cambios traen como consecuencia la pérdida de una parte de nosotros. Por ejemplo: la muerte de un familiar implica dejar ir una parte de nuestra identidad que representaba esa persona, una graduación implica cambiar de una etapa a otra distinta y la Navidad implica la despedida de un año que se fue.
En ese sentido, las celebraciones nos instan a reflexionar, hacernos preguntas o cuestionarnos. Navidad no es la excepción.
Pero en estas fechas la vivencia de las emociones puede ser distinta a “lo esperado socialmente”, pues las navidades suelen representarse como alegrías, risas y buenos deseos.
Para hablar de “Holiday Blues” o tristeza pasajera propia de la época navideña, cabe diferenciarle de la depresión o del trastorno afectivo estacional. Podemos considerar la primera como un síndrome, y los otros dos como trastornos propiamente dichos. La depresión afecta el estado de ánimo de manera constante e interfiere en el funcionamiento cotidiano de la persona, así como el trastorno afectivo estacional. Sin embargo, este último solo afecta a los países en los cuales hay cambios de estaciones y consecuente reducción de horas de luz solar. Mientras que el Holiday Blues dura lo que dura la época.
Como vemos, hay diferentes formas de ver nuestras emociones. Lo importante es que podamos validar nuestro malestar, sin importar en qué época del año nos encontremos.
Si llegaras a sentirte triste en estas fechas, trata de ponerle nombre a lo que sientes ¿cómo se llama la emoción? Si te cuesta ponerle nombre, trata de encontrar en qué parte del cuerpo sientes lo que sientes. Puedes apoyarte en la rueda de las emociones de Robert Plutchik. Una vez identifiques cómo se llama lo que sientes, pregúntate qué necesitas para gestionar dicha emoción. Por ejemplo, si reconoces que esa presión que tienes en el pecho se llama tristeza y reconoces que quiero llorar, procede a hacerlo. Permítete desahogarte, liberarte de aquello que sientes. Sea cual sea la emoción.
Otras formas de gestionar lo que sientes pueden ser escribir un diario, ir a terapia, hacer ejercicio, meditar y conectar con seres queridos.
En fin, siempre recuerda honrar tu dolor en lugar de ignorarlo; sea Navidad o la fecha del año que fuere.
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