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Foto del escritorMonyerla Freintas

Metas no cumplidas: ¿qué puedo hacer para manejar la frustración?

Por lo general, asociamos el éxito con metas alcanzadas, pero ¿qué pasa cuando, a pesar de que ponemos todo nuestro esmero y esfuerzo, parece que algunas metas no las logramos materializar?


Puede que pienses que el deber ser es que si nos proponemos algo y nos esforzamos por conseguirlo, deberíamos concretar lo que deseamos; sin embargo, muchas veces nuestro esfuerzo no es el único factor que interviene en que logremos nuestras metas, también puede que el entorno, situaciones económicas o políticas resulten ser obstáculos difíciles de superar.


Un primer paso en este tipo de situaciones es empezar a considerar qué tan eficientes han resultado las estrategias que has usado hasta el momento. A veces, cuando pensamos en frío y evaluamos este tipo de situaciones, podemos llegar a percibir que hemos implementado la misma estrategia que en un primer momento no funcionó, esperando un resultado diferente. Si ha sido así, nunca es tarde para reconocer que es necesario hacer un cambio en la forma en que hemos estado abordando una situación.


La idea no es cuestionarte de más o que te sientas terrible, más bien es que puedas responsabilizarte y que busques otras posibles alternativas hasta que una funcione.

Por otra parte, en este tipo de situaciones de logros no concretados, el que evalúes qué depende de ti y qué no puede marcar la diferencia en la forma de manejarlo. Es muy importante que puedas ser sincera contigo misma y que evalúes la situación tal y como se presenta.


Si has determinado que realmente has hecho todo lo que está a tu alcance para concretarlo, pero que por factores externos no ha sido posible, entonces puedes mantenerte enfocada en lo positivo que tiene ese momento. Eso te ayudará a no desgastarte pensando en lo que no se ha conseguido y a centrarte en lo que tienes. Cuando no logramos concretar una meta, lidiar con la frustración puede ser todo un reto; para manejarla, suele ser efectivo el que te centres en el presente.


Otra estrategia que puede funcionar una vez que has evaluado la situación, es replantear lo que deseas. Si ya has intentado todo lo que está a tu alcance por lograr algo que no se concreta, si has comprendido que hay factores externos que te hacen difícil el camino; replantear, cuestionar y proponerte otras opciones seguramente puede ser una salida flexible a esta situación. Muchas veces, deseamos tanto algo, que no consideramos qué otras opciones tenemos. La flexibilidad puede ser esa salida que tanto necesitas en momentos de frustración.


Por último, pero no menos importante, no olvides que replantearte una meta también deja aprendizaje.


En ocasiones, el problema radica en una dificultad para soltar una expectativa para poder avanzar. No temas hacer cambios en tus planes y proyectos si parece que los que tenías ya no funcionan. La vida está en constante cambio, es por esto que aprender a detectar cuándo es necesario soltar y fluir suele ser una habilidad valiosa.


Si te ha estado costando trabajo lidiar con una situación frustrante, con una meta difícil de alcanzar, trabajarlo en psicoterapia puede ser esa luz que te ayudará a ver todo de forma más clara. ¡Ánimo!


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