Con frecuencia escucho frases como “el problema es el alcohol”, “el conflicto son los videojuegos”, “es que el teléfono la controla”, “la cama me absorbió y no pude ir”, “Netflix es una droga”, etc.
En todas esas frases (algunas las he usado en primera persona) se alega que la responsabilidad es del objeto: el alcohol, los videojuegos, el teléfono, la cama o Netflix. Los objetos son seres inanimados, no poseen criterio propio. Son creados para un fin , ya el cómo los utilices es tu responsabilidad.
Consecuencias de colocarle la responsabilidad al objeto
Aumenta la percepción de “victimismo”. Soy víctima de la situación, por ende no es mi responsabilidad.
Como no es tu responsabilidad, no lo puedes modificar. Por ende, todo sigue igual.
Canalizo mi malestar (rabia, frustración, impotencia, dolor, etc) hacia el objeto, así no tengo que lidiar con una conversación incómoda.
Ejemplos
La pareja llega a casa y se queda toda la tarde/noche viendo el teléfono: jugando, hablando o visitando RRSS, quizá trabajando, pero no comparte tiempo con su pareja que se siente desplazada. ¿El problema es el teléfono? ¡NO! Es el uso excesivo que se le da. Usándolo para evadir compartir tiempo con su pareja. Al responsabilizar al teléfono, se evita hablar de cómo es el compartir en pareja y las dificultades emocionales para ello o cuál es el malestar.
Otro ejemplo es el adolescente que está todo el día jugando videojuegos: no estudia, no comparte con la familia, la alimentación y el descanso están siendo descuidados, no socializa, etc. ¿El problema es el videojuego? ¡NO! Es solo un aparato creado para generar momentos de ocio, incluso compartir. El conflicto es el uso inadecuado que le da el adolescente y las razones emocionales por las cuales lo hace. Si responsabilizamos al videojuego solo evadimos la necesidad emocional, trabajar en ello es lo que podría generar una modificación real.
Conclusión
Cada situación siempre tiene una razón emocional que lo explica. Estas razones son individuales, por ende, no necesariamente son generalizables.
Sé que es más fácil, pero no responsabilices a los objetos por tus acciones o las de tus seres queridos.
Crea el hábito de cuestionarte el porqué de las situaciones que te rodean, sobre todo si te generan malestar.
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