Por Olga Valderrama.
Te confieso algo: siempre me he sentido DESadaptada (¡que encajo en pocos grupos!).
Con el paso de los años, gracias a mi espacio terapéutico y mi CRECIMIENTO PERSONAL, me he dado cuenta de que desde la adolescencia he vivido en la etapa evolutiva errada, es decir, no acorde a mi edad cronológica.
Es decir, durante mi adolescencia quise ser la “chica buena”: madura, responsable, que no da problemas. Lo logré: ¡siempre fui adorada por todos los adultos! Pero eso me impidió aprovechar las ventajas de esa ETAPA EVOLUTIVA.
La naturaleza es muy sabia, considero que todo lo creó POR y PARA algo. La adolescencia no es la excepción: es una etapa evolutiva que nos permite APRENDER, lo que solo se logra cometiendo errores, con la seguridad de la orientación que nos brindan los padres. Eso es lo que te permite adaptarTE al mundo.
La finalidad de la adolescencia es entrar en un DESCUBRIR DE TU IDENTIDAD.
Experimentar, cometer errores y diferenciarte de los adultos a tu alrededor (no siempre estando de acuerdo), es lo que te permite comenzar el proceso de CONOCERTE. Es necesario separarse de lo que esperan tus padres de ti, a veces defraudarlos para saber qué quieres tú. Y todo eso me lo salté por querer “encajar”. Tenía un concepto errado de lo que era CRECER.
Resultó que esa etapa la viví en la década de los 20. Fue muy complicado porque se esperaba de mí otras cosas a nivel emocional. Tuve grandes discusiones con mi madre, algunas bastante absurdas, pero en la terapia me ayudaron a entender que eran adolescentes. Me ayudó a canalizar la rabia y la frustración propias de la adolescencia de una manera más esperada para mi edad cronológica. Suena complicado, ¿no? Es que los seres humanos somos complicados, aunque nos empeñemos en negarlo.
Sí, la adultez brinda practicidad, pero es necesaria la “rebeldía” adolescente (en su justa medida) para empezar a conocer tus límites y luego poder negociar.
Se preguntarán: «¿Te sigues sintiendo desadaptada?», y la respuesta es NO. Siempre viviré un poco desfasada con base en lo que se espera de mí según mi edad cronológica, pero hoy en día me gusta, tiene sus ventajas. He aprendido a ACEPTARME y mantener mi propia IDENTIDAD. Ese “desfase” forma parte de lo que SOY.
Solo hay que aprender a adaptarte a esos cambios, comenzando siempre por la ACEPTACIÓN de tus vulnerabilidades, miedos, fortalezas, etc. ¡Es lo que te hace ÚNICA!
¿Te sientes ÚNICA? ¿Sabes abrazar tus vulnerabilidades y adaptarte a tu historia?
Cualquier duda, podemos ayudarte con eso para que, como a mí, la terapia te ayude a conseguir tus propias respuestas.
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