Por Olga Valderrama.
Siempre he escuchado la frase “para el amor no hay límites”. Yo creo que es una frase que lleva a CREENCIAS FALSAS sobre lo que es el AMOR y los LÍMITES que este y nosotros tenemos… El AMOR es un sentimiento, y como todos, es subjetivo. Gracias a esa emoción podemos formar VÍNCULOS EMOCIONALES con diferentes personas, cada uno con sus características: padres, abuelos, hermanos, hijos, amigos, vecinos, pareja, entre muchos otros.
Voy a escoger uno de esos vínculos con la finalidad de explicar de manera más clara lo que quiero transmitir, y escogeré el de PAREJA.
El deseo de compartir con esa persona y la pasión que me impulsa hace que con el tiempo aumente el compartir, el apoyo, el conocerse y que los sentimientos vayan cambiando, madurando y se genera el AMOR, formándose así un VÍNCULO CONYUGAL (de pareja).
Eso no quiere decir que ya todo está listo, comenzó el amor y se consolidó y “¡fueron felices para siempre!”… ¡Queda mucho camino por recorrer! Y en ese “camino”, las situaciones del día a día y las excepcionales, hacen que ese sentimiento varíe y tome distintas formas. ¡Son nuestros límites los que lo van moldeando!
El límite es aquello que te señala tu cuerpo a través de sensaciones corporales (dolor de cabeza, de pecho, palpitaciones, sudoraciones, etc.) y de emociones. Yo cambiaría la frase “nadie te conoce mejor que TÚ misma” por “nadie te conoce mejor que TUS EMOCIONES o TU INSTINTO”. En el fondo, lo que te dice ese límite es que “esto no lo aguanto más… Sobrepasa lo que puedes tolerar y soportar… No hay manera de ser feliz y congraciarte con esa situación… El sufrimiento no se va a detener, solo te queda salir de esa situación o acostumbrarte a sufrir”.
Aquello que tu cuerpo rechaza de manera natural, o te hace sentir “mal” (incómoda, dolida, frustrada, rabiosa, etc.), te está señalando tus límites. Ya depende de ti si los escuchas y le prestas atención o no. Eso ocurre en todas las áreas de tu vida, y el AMOR no es una excepción.
Sigamos con nuestro ejemplo: estás con tu pareja, la amas, pero tiene actitudes diarias que te hacen sentir frustrada y dolida, manteniendo una sensación de malestar constante, afectando tu calidad de vida. Quizá has llegado a TU LÍMITE, y amarlo/a no es suficiente.
Como dije antes tienes dos opciones:
Hablar con tu pareja, contarle cómo te hace sentir su actitud, y que NECESITAS que eso cambie para poder continuar porque no eres feliz.
Continuar así y acostumbrarte a sufrir. Esperar que sea el TIEMPO que de manera mágica cambie la situación.
¡La decisión es tuya!
En la primera opción le aclaras que le amas, pero también a TI, y no estás dispuesta a estar con una persona con la no eres feliz solo porque LA AMAS.
En la segunda opción PRIORIZAS a tu pareja sobre TI, le permites que sobrepase TUS límites en nombre del AMOR. En el fondo, la persona responsable o AGRESOR no es el otro, ERES TÚ.
Tú decidiste (consciente o inconscientemente) no saber cuáles eran tus límites y/o no contárselo a la otra persona, y dejar que se sobrepasara. Dejemos de ASUMIR que la otra persona “debe saber lo que me pasa o lo que me duele porque me conoce y es lo lógico”. Es responsabilidad de cada uno de nosotros saber cuáles son nuestros límites en cada una de las relaciones que tenemos y hacérselo saber a la otra persona.
¿Permites que los otros sobrepasen tus límites por AMOR? Si la respuesta es SÍ, me pregunto ¿Cómo es tu definición de AMOR?
Si bien el concepto de amor es subjetivo, hay ciertas cosas comunes, y una de ellas es que te brinda felicidad y placer, y parte de esa alegría proviene de la felicidad del otro. Bajo esa premisa MI felicidad pasa por la de MI PAREJA. Por ende, procurando nuestra felicidad, ayudamos a la de nuestra pareja.
Conocer y respetar tus límites es un acto de amor propio que te brindará felicidad y estabilidad a ti y a los que te quieren (todos tus VÍNCULOS EMOCIONALES). Si alguien no puede RESPETAR tus límites quizá no te ama de verdad o no es compatible contigo… ¡No aporta a TU FELICIDAD!
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