La relación con nuestra madre es un vínculo importante. Sin importar nuestra experiencia como hijas, si nos criamos o no con nuestra madre, si ella falleció o está con vida, si nos apoya a no, si nos mostró amor incondicional o si tuvo la habilidad para validar nuestras emociones y sentir durante nuestro desarrollo, es innegable que nuestra madre dejó una huella en nosotras.
La maternidad es un proceso complejo. Nuestra madre nos crió con base en su propia experiencia como hija. Es así como, a veces, algunas heridas trascienden y resultan ser intergeneracionales.
Ahora bien, es importante tomarnos el tiempo para reconocer en nosotras mismas las heridas que pueden habitar en nuestra psique relacionadas con el vínculo con nuestra mamá. Es por esto que te comparto algunos puntos relevantes que te ayudarán a identificar si posees una herida significativa asociada a tu madre:
Te comparas con otras mujeres con mucha frecuencia. Puede que a veces nos dejemos llevar por esquemas o patrones de lo que debe ser, y si nosotras u otra persona salimos de ese patrón, es posible que se active nuestra crítica inconsciente en nuestra contra o de las demás. Si esto te ocurre, puede que tu crianza haya sido estricta y que te desarrollaras en un ambiente en el que recibiste poca empatía.
No importa lo que hagas, parece que nada es suficiente. Los sentimientos de insatisfacción pueden ser un peso enorme. Es fundamental la autoevaluación. Aquí no deseamos promover que te conformes con hacer menos de lo que eres capaz o que sientas que no pueden avanzar; sin embargo, si existe una incongruencia muy significativa entre lo que piensan de ti las demás personas (te llenan de halagos sinceros y de reconocimientos por tu esfuerzo) y lo que piensas de ti (puede que no creas lo que te dicen, que dudes de que sea cierto y que tengas un concepto negativo de ti misma), es necesario que evalúes que tal vez estás siendo muy exigente contigo misma ¿Puedes identificar en tu historia de vida una figura que te tratara de esa misma forma y que fuera demasiado estricta contigo?
Sientes que vales poco, dudas de ti y de tus capacidades. A veces sentir dudas ante alguna situación es normal, sin embargo, cuando dudamos de nosotras mismas con demasiada frecuencia, suele ser motivado por un autoconcepto negativo o poco realista. La autoestima en parte está vinculada a la certeza de que somos merecedoras de algo bueno. Si dudas de esto, es posible que establezcas vínculos disfuncionales. Puede que durante tu infancia te sometieras a situaciones de mucha frustración, carencias e, incluso, escasez material, lo que te llevará a desarrollar una sensación de desesperanza hacia tus capacidades para conseguir lo que querías.
Eres la cuidadora de la mayoría de las personas que te rodean. Cuidar de las demás personas cuando son vínculos significativos es parte de la interacción, siempre y cuando esto se genere desde la reciprocidad. Sin embargo, si te pasa que eres “la madre”, cuidadora, protectora y proveedora de las personas de quienes te rodeas, es importante cuestionarte si existe algún mecanismo inconsciente en el que asumas que es necesario permanecer en ese puesto para mantener a esas personas cerca. Si este es tu caso, piensa si esto lo has sentido alguna vez hacia tu madre.
No existen normas fijas en los efectos de la crianza en las personas. Un mismo estilo de crianza puede generar un efecto opuesto en dos personas diferentes. Ahora bien, sí es cierto que, en definitiva, la crianza y cómo nos hemos vinculado con nuestras figuras de apego sí afecta quiénes somos.
Si te sientes identificada con alguno de estos ítems o con más de uno, es necesario que acudas a psicoterapia y que puedas revisar cómo pasar de esas posturas a vincularte de una forma sana y funcional no solo con tu madre, sino con todas las personas que te rodean.
No olvides que puedes agendar tu primera consulta psicológica con nosotras.
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