Con frecuencia llegan a mi consulta mujeres y hombres rotos por dentro debido al mal funcionamiento de su relación de pareja o debido a que esta se terminó. En muchos de esos casos, además de amor, existe una gran necesidad de mantener la relación de pareja.
Entiendo que la línea divisoria entre esos dos términos es difícil, en parte lo sé porque yo pase muchos años sin entender esa diferencia. Esa confusión permitía que mantuviera relaciones dañinas para mí, y que no conociera lo que realmente necesitaba.
El amor se basa en el compromiso que mantienes con otra persona, con base en la decisión diaria de que esa persona te hace sentir «mejor», te acompaña, te nutre y viceversa.
Ante el amor, el mensaje que envía el cerebro es de un aumento de la felicidad gracias a la presencia de la otra persona en tu vida. Nótese la importancia de la palabra aumento, el mensaje de tu cerebro debía ser de felicidad y satisfacción.
La necesidad parte de tu interior. Es la búsqueda urgente de algo o alguien que te complete, «te arregle», rellene los huecos para permitir un funcionamiento aceptable, con menos dolor.
Cuando «necesitamos», el mensaje que entiende nuestro cerebro es que la integridad física corre peligro, por lo que comienza a enviar órdenes para protegerse y aferrarse a aquello que brinda seguridad.
Eso ocurre cuando necesitas a tu pareja: tu cerebro comprende que sin él/ella no estarías protegida y tu integridad física correría peligro, por lo que permites lo que haga falta para evitar que tu pareja se marche.
Ejemplo: todos los días tu pareja toma decisiones sobre el dinero que ambos producen, pero lo hace sin consultarte. Modifica el presupuesto familiar, puede llegar a mover las cuentas de banco, invertir dinero, modificar la finalidad del mismo, etc. Al enterarte, te sientes incómoda, pero no dices nada por miedo a que se moleste. Te dices: «Él/ella sabrá, no es tan importante».
Eso es agresión, por eso sientes malestar (dolor, rabia, impotencia, frustración, etc).
Es frecuente que esto se confunda con amor, comprensión, empatía, “sacrificio por la relación”, pero no es así: en el fondo aceptas y toleras situaciones complicadas y a veces agresivas que sobrepasan tus límites por miedo a quedar desprotegida si tu pareja no está… Eso es necesidad, no amor.
¿Tú sientes amor o necesidad?
NOTA: en algunos casos, ambas pueden coexistir, pero siempre la necesidad va a tener más fuerza que el amor… Se llama supervivencia.
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